miércoles, 13 de octubre de 2010

Dios y Padre nuestro

Existe esta tendencia entre los teólogos actuales de tranquilizarnos y querernos convencer que si hace un tiempo habia aires de cambio en la Iglesia ahora ya no, de decir que al final lo que se ha dicho siempre es la verdad y que lo que no era verdad era que algo habia variado.

Bueno, algo si. Ya no habra nunca Adan y Eva, aunque si pecado original, que curiosamente ha entrado en el mundo por un hombre, pero que a su vez ya no existe como tal. Entonces salvamos como cierta la idea y nos desentendemos de detalles. Lo cierto es que hubo un tiempo en que no habia pecado el hombre y en un momento concreto peca, entra el pecado y su fruto la muerte y se inicia la promesa de salvacion en Cristo. Es como empezar a entrar en la modernidad, donde los mitos pierden su peso porque sabemos que no hubo Edén, sin liberarnos de la ambientacion espaciotemporal de ese mito, pasando de lo simbolico a lo real, estableciendo un tiempo y espacio a lo que el mito habia asignado inaceptablemente en nuestra mentalidad cientifica. Forzando en definitiva a que siga existiendo esa Creacion en el tiempo, algo adaptada a otro marco propio de la vision moderna.

Ya no hablaremos de siete dias y si del Big Bang. Antes estableciamos nuestro marco de seguridad en la Tierra, con su Creacion de mares, tierras y estrellas, donde en su inmensidad de culturas y geografias estabamos mas o menos seguros. Ya no eramos como esos pueblos primitivos que como niños se quedan tranquilos cuando les relatan un inicio y una causa que les deja seguros de donde estan y porque estan asi. Pero en la practica funcionabamos como ellos, ampliada la Tierra al Universo y los siete dias a 13700 millones de años. Tomabamos las opciones cientificas mas materialistas porque al menos estas nos descabalaban menos nuestras necesidades de seguridad y ya eramos modernos, habia concierto entre fe y razón y todos tan contentos. ¿Pero porque no ampliar igual que la Tierra ahora son prosumiblemente algunos trillones de planetas de los que bastantes tendran vida inteligente, hombres, este Big Bang a uno entre otros tantos trillones o tal vez algo mas grande, trillones de trillones de veces mas?



El resultado es que tengamos pecado original y necesitemos a Cristo.
Porque antes, digo cuanto la Iglesia se sientia amenazada, se desmontaba teologicamente, porque Galileo exponia el heliocentrismo y Bruno la vida extraterrestre, antes digo, que quedaban los dogmas con cierta coherencia. Podian ser obligacion de fe, pero tenian pies y cabeza. Hoy no, hoy cuesta mas creer porque son obligaciones impuestas en base a la pertenencia a la comunidad historica que no puede desembarazarse del dogma, de la seguridad de aquellos elementos fundantes que supone la identidad cristiana, aun cuando estos desdigan de la realidad, mas aun, porque estos dogmas estaban asentados en supuestos filosoficos hoy anacronicos, con una vision y metodo de analisis de la realidad que sabemos ampliamente superados. Pero que no admiten reemplazo so pena de quedar fuera de la comunion eclesial. Porque habria que replantearnos que es la identidad cristiana. Cuando un predicador hace poco arremetia contra el yoga decia que detras de unos estiramientos de la pierna por aqui y por alla habia unas creencias profundamente anticristianas. Si miramos el Universo como lo relatan los cientificos tal vez tambien esa vision sea profundamente anticristiana. O tal vez se ha llamado cristiano a lo que eran accidentes de comprension resultantes de una filosofia en la que se expresaba lo que es relamente el cristianismo. Una fuerza de salvacion. Una acción, un pasar Dios por la vida de los que necesitamos la felicidad. La voluntad de Dios de que en este momento demos un salto al cielo, a la vida que nos entrega en Cristo, para vivir desde esta tierra de muerte a una tierra prometida donde Reine Dios, el amor. Centrados en Cristo que es Señor de este ambito de salvacion, de este saco de salvacion, en el que voluntariamente nos incluimos y somos acogidos con amor. Y donde recibimos el don de Espiritu Santo que nos hace hijos de Dios, que hacemos las obras de Dios, iguales y hasta mayores que las de Jesus. Este centro del cristianismo nos los quita ningun Big Bang por muchos o pocos que sean. No nos lo mejora la Parusia y la resurreccion literal o simbolica. Porque en esta acción gratuita y amorosa de Dios esta la voluntad de Dios, independientemente que sea tambien para los que nos estan en la Iglesia Catolica, sean terrestres o de otra dimension. Y cuantos mas hermanos hubiera mejor, mas grande nuestra Iglesia de Dios. De un Dios mas grande y que sabe de nuestra pequeñez, tiene contado nuestro pelos, nos ama como somos y nos quiere para El.


Un Universo inmenso, nada parecido a esa tierra con estrellas sol y luna, como el portal de Belen, donde se desarrolla en mito de la Creacion del Génesis. En ese Universo, tal vez parte de un Multiverso o Pluriverso algunos trillones de veces mas grande, o tal vez mas, hay que meter toda la actuacion de la historia de la salvacion. Antes ya era un salto de fe creer en el pueblo elegido, en el que se elegia a toda la humanidad. Hoy ya no nos cabe esa concepcion raquitica y provinciana de la actuacion unica en el tiempo y el espacio de la insercion de Dios en la historia. Hacer al que es eterno una unica intervencion en toda su eternidad. Pobre antropomorfismo. Limitar al Dios de las dimensiones, de esa materia y energia oscura que la ciencia nos habla que es el 95% de la materia existente computada, y que lo que vemos y concebimos solo corresponde al 5%.
Cuando empece a valorar todo eso pensaba con nostalgia donde se quedaban la infabilidad de la Iglesia, la autoridad de un pequeño grupo de un pequeño planeta entre trillones de ellos con hermanos a los que Dios les habria en sus culturas revelado su Palabra Unica, su expresion de amor, lo que es Dios y lo que quiere que seamos, hijos de Dios en su Hijo Unico.
Al final los dogmas, nacidos desde esa prepotencia de una Iglesia que tenia supuestos falsos, con ese privilegio del Espiritu Santo de proclamar algo y que sea verdad porque lo habian decidido asi, desde una cronologia irreal tomada como real, donde Creacion, Encarnacion y Parusía no coincidian con nada de la realidad, pues ni siquiera el Big Bang ahora hay que obligarlo a ser el dia primero de la creacion de este Universo, un Big bang entre otros trillones de ellos, tal vez entre realidad tanto mas inconcebibles como lo es un atomo a nuestro Universo. Porque nuestro Dios ha resultado ser mas grande de lo que creiamos cuando lo redujimos al Dios domesticado por nuestra razon, obligado por la Revelacion a ser algo asimilable y coherente a una compresion terrestre que hoy esta tanto mas inservible cuanto falta de sentido en una cosmovision moderna.
Claro que Creacion es interpretable, Encarnacion al menos es segura, con la resurreccion incluida que si que es veraz y preciosa. Y Parusia como ha de ocurrir es materia de fe. Aunque no haya estrellas que se vayan a caer porque no eran luces del firmamento, pero si ha de venir Jesus y acabara este mundo. Asi salimos al paso, con parches de realidad y fe. Todo para no replantearnos la vida cristiana en base a lo central, el misterio de amor, la Palabra de Dios en Cristo y su actuacion presente en el Espiritu, la vida de la Iglesia, de los cristificados.